¿Cómo se conecta el aula con la naturaleza? La respuesta la dieron los estudiantes de segundo medio del COM durante una serie de expediciones al Parque Aguas de Ramón. La actividad, realizada los días 6, 20 y 27 de noviembre, en un entorno natural privilegiado, buscó fomentar la educación ambiental mediante una experiencia vivencial que ahora se reflejará en bitácoras personales de trabajo en clases.
La caminata, de 7 kilómetros, desafió tanto el físico como el espíritu de los estudiantes del COM en cada una de las jornadas. A pesar del cansancio en algunos tramos, el entusiasmo y el compañerismo nunca faltó. ¿Cómo superar las pendientes más exigentes? Con apoyo mutuo y alegría. El sol acompañó cada paso, mientras el canto de las aves ofreció un telón de fondo perfecto para la reflexión y el aprendizaje.
En cada una de las expediciones, tras 3,5 kilómetros de esfuerzo, los estudiantes alcanzaban el destino intermedio: los caudales de Aguas de Ramón. Allí, el descanso se mezcló con momentos de diversión. Algunos estudiantes, más osados, aprovecharon el agua cristalina para un refrescante baño.
Los docentes, organizados en pequeños grupos, guiaron a los estudiantes con dedicación. Junto a ellos, un monitor experto, Eric Bórquez, lideró la expedición, explicando cada detalle del entorno. Como un moderno Sermón de la Montaña, el monitor, cada cierto tramo de expedición, detenía al grupo para enseñar sobre la flora, la fauna y los ecosistemas del parque. Los estudiantes, atentos, tomaron nota de todo para incorporar estas observaciones en sus futuras bitácoras.
La expedición no solo dejó aprendizajes sobre el medio ambiente. También fortaleció valores como la solidaridad, el respeto por la naturaleza y la importancia del trabajo en equipo. Este tipo de actividades vincula la educación con la vida real, despertando conciencia y sensibilidad en los jóvenes.
¿Qué sigue después de esta experiencia? Las bitácoras que elaborarán en clases cerrarán este ciclo de aprendizaje, integrando conocimientos, reflexiones y recuerdos. Actividades como esta marcan un antes y un después en la relación de los estudiantes con su entorno y abren la puerta a una generación más consciente de los desafíos ambientales del futuro.
Voces agradecidas
Profesor Cristian González: “Es muy importante educar sobre el cuidado medioambiental y su vez, desarrollar actividad física al aire libre. Han sido instancias que se han ido retomando durante este año 2024, y ha sido un desafío tremendo, porque la última salida pedagógica que por lo menos pudimos tener, fue hace casi 13 años, por lo tanto, sacamos cuentas alegres al respecto y los estudiantes lo han tomado muy bien y han disfrutado de este proceso formativo educativo”.
Carlos Espinoza, estudiante: “La verdad, al principio estaba un poquito decepcionado, por el tema de que había que seguir las reglas, pero en verdad después, fue super bacán, lo pasamos muy bien, nos mojamos y estuvo muy entretenido”.
Claudio Palma, estudiante: “Fue una experiencia magnífica, subir el cerro con este calor estuvo complicado, pero los lugares, las rutas fueron geniales. Vimos muchos animales, incluso vimos una iguana chilena que por lo que nos contaron, es muy difícil de encontrar, especialmente porque es una de las especies en extinción. Fue genial llegar al río, ver las cascadas, mojarnos y compartir”.